Quiero terminar mi reflexión con unas
palabras de Bobbio (1999) que Melero (2001) cita en su trabajo:
“Los hombres son entre ellos tan iguales como
desiguales. Son iguales en ciertos aspectos y desiguales en otros… Sin embargo,
la aparente contradicción de estas proposiciones, “los hombres son iguales”,
“los hombres son desiguales”, depende únicamente del hecho de que, al
observarlos, al juzgarlos y al sacar consecuencias prácticas, se ponga el
acento sobre lo que tienen en común o, más bien, sobre lo que les distingue.” (pág 49)
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